Resumen:
Una inmensidad de compuestos químicos, están presentes en el agua sin importar la pureza de ésta, este tipo de contaminantes han sido empleados desde hace mucho tiempo y su descubrimiento en las aguas tratadas se debe gracias a los avances en los métodos de detección que han hecho posible medir estos productos químicos en concentraciones muy pequeñas. La aparición de los denominados Contaminantes Emergentes (CE), caracterizados por ser compuestos de estructuras químicas complejas, generan un problema ya que estos compuestos xenobióticos de entrada continua en el medio que pueden causar alteraciones en la vida acuática e incluso humana, además de la poca información disponible acerca de su impacto en el medio ambiente o sus interferencias en los procesos de tratamiento biológico.
Los productos farmacéuticos se caracterizan por poseer sustancias farmacológicamente activas, hidrófilas, de baja biodegradabilidad y persistentes. Por lo que son difíciles de tratar con las técnicas convencionales de procesamiento de aguas residuales. Motivo por el que en las últimas décadas se ha estudiado la degradación de los compuestos farmacéuticos, empleando diversos métodos como la fotólisis directa e indirecta, procesos de oxidación avanzada, la sonólisis, entre otras.
El sulfametoxazol es un antibiótico bacteriostático tipo sulfonamida, usado frecuentemente para el tratamiento de infecciones urinarias, cabe destacar que es uno de los antibióticos más vendidos en nuestro país y del cual casi no hay estudios previos.
Con base en lo anterior en este estudio se determinó la degradación de sulfametoxazol por irradiación con luz UV a 20, 15 y 10ªC.