Resumen:
Al principio de la década de 1980 hubo una transferencia importante de recursos públicos al sector agropecuario y rural, mediante el Sistema Alimentario Mexicano (SAM). Desde entonces y hasta la puesta en operación del Procampo y lo que se llamó, la Alianza para el Campo, no se habían tenido programas de apoyos de magnitud suficiente para cambiar las principales tendencias económicas del sector agropecuario, las cuales se resumen en el PIB agropecuario y forestal por persona ocupada (PIBA o “y”).