Resumen:
El pensamiento complejo brinda la oportunidad de realizar análisis en los que se integre al mayor número posible de elementos, sin aislar a uno solo, como lo venía haciendo la ciencia basada en el método de Descartes. Así, al aborda el agua desde la complejidad no se aísla y se interrelaciona con todo su proceso desde el mayor número posible de ciencias parciales que puedan contribuir a una gestión compleja del vital líquido. En consecuencia, se presentan los fundamentos del pensamiento complejo, la interdisciplinariedad requerida para la investigación del agua, así como sus perspectivas históricas y culturales en la civilización, su simbolismo en la literatura y el arte. Del mismo modo, se presenta un análisis del ciclo hídrico y el cambio climático y se destaca su importancia económica y política en la gestión del recurso, sin dejar lado las diferencias nacionales e internacionales en cuanto a su gestión como derecho humano y la necesidad del saneamiento mediante la innovación tecnológica. Finalmente, se concluye en la necesidad de abordar la gestión del agua desde una perspectiva transdisciplinaria que conduzca al hiperconocimiento de la gestión del agua.