La ciudad desde la perspectiva ética de Hans Jonas

Abstract

El objetivo de la investigación fue analizar “la ciudad” desde una perspectiva ética, basada en el concepto de responsabilidad de Hans Jonas. A partir del estudio de la ética colectiva en espacios urbanos y del análisis filosófico, construí una propuesta que reconoce la dialéctica entre lo positivo y lo negativo en las ciudades. Esta propuesta se fundamenta en que para que una comunidad sea responsable, debe ser comprometida, respetuosa y libre. El enfoque busca destacar la importancia de considerar la ciudad no solo como un espacio físico, sino como un proceso colectivo humano. El enfoque metodológico se centró en el análisis teórico y conceptual de la obra de Hans Jonas, específicamente su concepto de responsabilidad hacia el futuro, que se utiliza como eje para evaluar el “la ciudad”. De manera complementaria, se incluyeron las ideas de filósofos clásicos como Aristóteles, quien trató la “polis” y el bien común, y las perspectivas contemporáneas de Henry Lefebvre y Jordi Borja, quienes abordan el “la ciudad” desde una visión más práctica, pero siempre en función de los principios éticos planteados por Jonas. La investigación mostró que, si bien las ciudades han avanzado considerablemente en aspectos tecnológicos y económicos, persisten profundas desigualdades sociales y problemas ambientales. Al mismo tiempo, la aplicación de principios éticos replantea las ciudades como espacios donde se respete la dignidad humana y se garantice un acceso equitativo a los recursos. El análisis reveló también que la tecnología, si no es gestionada éticamente, puede agravar las desigualdades, por lo que es esencial que esté orientada por valores de responsabilidad y justicia. Complementé este análisis filosófico con el estudio de casos de políticas urbanas implementadas a nivel internacional, evaluando su impacto en términos de justicia social y sostenibilidad. Se afirma que el futuro de las ciudades debe sustentarse en una ética basada en los principios de compromiso, respeto y libertad. Estos valores no solo guiarán el desarrollo de políticas públicas más inclusivas, sino que también fomentarán una participación activa de los ciudadanos en la toma de decisiones sobre su entorno. Sostengo que solo mediante una ética colectiva que promueva la solidaridad y la equidad, las ciudades podrán evolucionar hacia un modelo más justo y sostenible, respetando tanto a sus habitantes como al entorno natural.