Resumen:
El cine es un medio que permite comunicar y transmitir mensajes e ideas que se gestan en la mente de los directores y guionistas que le dan forma y contenido. El cine sobre migración irregular en contextos de violencia puede ser un medio que ofrezca y difunda información sobre las situaciones y experiencias que viven las personas que se desplazan con la intención de huir de los grupos criminales de su país de origen, de buscar una forma de sobrevivir y nuevas oportunidades lejos de sus contextos de pobreza y violencia en las que se encuentran inmersas.
Los distintos corredores migratorios que existen al alrededor del mundo tienen sus propias características geográficas, sociales, políticas, culturales y de trato con grupos que lucran con las tragedias humanas. Las experiencias que viven las personas que buscan cruzar fronteras de manera irregular, pueden tener rasgos comunes, pero en cada caso las historias y las huellas que esta experiencia deja en la vida de cada una de ellas es distinta.
Por ello, la migración puede dar paso a una vasta cantidad de producciones cinematográficas que retraten, narren y se basen en distintas experiencias que tengan como eje central las movilidades humanas. Sin embargo, también puede pasar que dentro de las narrativas que ofrece el cine sobre migración, se pueden seguir reproduciendo estereotipos, discriminación y una manera de retratar la violencia de una forma parcial, sin tomar en cuenta todas sus formas y a todos los actores e implicados en los contextos migratorios.
Más aún, de no tomar en cuenta nuevas perspectivas, como la que ofrecen los Estudios para la paz, la industria cinematográfica puede realizar producciones que muestren a la migración, o historias relacionadas con ella, vinculada únicamente con la violencia, las violaciones a los derechos humanos, el crimen organizado, el secuestro y la trata de personas como una estrategia de mercadotecnia y con el único propósito de hacer rentable una inversión.