Resumen:
La izquierda mexicana arrastra una severa crisis de representación, al igual que la mayoría de los partidos; no obstante, su crisis de ideología va en aumento debido a varias cuestiones como la inclinación que tienen por la lucha de las minorías burguesas, su presencia vana como oposición e incluso como partido que ostenta el poder; postulados que se retoman para denotar la urgencia de volver la mira a la lucha de los derechos sociales, y a las ideologías, en el entendido de que son precisamente los partidos políticos de izquierda aquellos que tienden intrínsecamente al igualitarismo social, y por lo tanto su expectativa socialista, laboralista y democrática, abogan por un Estado de Derecho oponible al neoliberalismo, cuestionando el estatus quo de la sociedad capitalista.
Descripción:
Si bien la izquierda, con el PRD a principios de los 2000 parecía un partido fuerte que mantenía lealmente sus principios ideológicos, sus fracasos en las elecciones hicieron que se estancara como una oposición débil y tendiente a formar
alianzas y coaliciones sin importar la ideología partidista. Aunado a ello, la democracia liberal crea el escenario idóneo para que los partidos políticos de izquierda, bajo la premisa de la libertad y la democracia, configuren un gobierno en el cual la representación se puede bien abocar a un sector en específico, es decir, la poca representación en la que se apoyan es mayormente en la de las minorías burguesas porque son estas quienes pueden garantizarles una votación positiva en las elecciones. Siendo así, es la lucha de las minorías burguesas, el recurso que toman los partidos de izquierda para mantener sus cargos o bien sus prerrogativas.