Resumen:
La mortalidad materno infantil es un grave problema de salud pública a nivel internacional, ya que el fallecimiento de una mujer embarazada o posteriormente a él y la muerte de un infante dentro de los primeros cinco años de vida se convierte en un importante problema de justicia social debido a que vislumbra las inequidades socioeconómicas, de infraestructura y acceso a la salud (Freyermuth, 2016; Fernández, et. al., 2016; Dheeshana y Subadra, 2011; UNICEF, 2011; Aguirre, 2009; Lozano, et. al., 1994; Reyes, 1994); por lo que, estos tipos de mortalidad se consideran un importante indicador que evalúa el progreso de un territorio. La Geografía de la Salud desde hace aproximadamente dos siglos y medio ha desarrollado diversos planteamientos en torno a la relación que existe entre el espacio geográfico y los problemas de salud, brindado una base teórica sólida para poder comprender el proceso hombre-salud-entorno (Tisnés, 2014; Jori, 2013; Gatrell y Elliott, 2002; Olivera, 1993). Aunado a ello, con la incorporación de metodologías derivadas de la Geografía cuantitativa como el análisis espacial cuantitativo y el empleo de las geotecnologías, como los Sistemas de Información Geográfica se fortalece la comprensión sobre las condiciones de salud en el territorio. Entender las condiciones de salud en que vive una población se ha convertido en un tema prioritario (Juárez, et al., 2014; OPS, 2012; OMS, 2009) debido a que simboliza la vulnerabilidad social entorno a la salud que posee una sociedad y en que un individuo es susceptible, convirtiéndose en un rasgo primordial que caracteriza un territorio, que además, deriva de diversos condicionantes sociales, económicos, culturales, políticos y ambientales; por lo que, conocer el grado de vulnerabilidad social en salud permite explicar en primera instancia la desigualdad social y en segundo el nivel de exposición de un individuo a condiciones que afecten su estado de salud y la capacidad de reponerse ante una enfermedad. La región del Pacífico Sur está conformada por los Estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas, muestra un panorama complicado, derivado de la características geográficas que han propiciado un crecimiento económico y poblacional desigual en su territorio (INEGI, 2020; Dieterlen, 2015), ya que al igual que otros estados o países en desarrollo, la población se enfrenta a diversos factores (sociales, económicos, ambientales, culturales, políticos, así como de accesibilidad a servicios de salud) que impiden satisfacer los niveles de bienestar en salud, donde las mujeres embarazadas y los infantes son uno de los principales grupos poblaciones más afectados. En este sentido, el propósito de esta investigación es revelar la variabilidad espacial y temporal de la mortalidad materna infantil mediante el diseño e implementación de un índice de vulnerabilidad social en salud en la región del Pacífico Sur Mexicano, para proponer estrategias focalizadas, teniendo como base un escenario al 2030, propuesto a partir de la aplicación de herramientas geoespaciales, para que coadyuven a disminuir la mortalidad y a generar territorios saludables para las mujeres y niños. Para alcanzar el objetivo de la investigación, se estructuró una base de datos conformada por 33 variables con información de diferentes fuentes, entre ellas, el Censo de Población y Vivienda de 2020 (INEGI, 2020), así como el Sistema de Información en Salud perteneciente a la Secretaría de Salud (SSA, 2020). La metodología que se utilizó incluye el uso y aplicación de una serie de técnicas, métodos y herramientas geotecnológicas, que incluyen un análisis de series de tiempo, así como un estudio multivariado, utilizando métodos como Kendall (Mann, 1945) y Knox (Knox, 1964) que se aplicaron para conocer agregaciones espacio temporales de la mortalidad materno infantil y las causas de mortalidad. Por otro lado, el Análisis Jerárquico Ponderado (AHP) (Saaty, 1998) se utilizó para ponderar las variables que conformaran el índice de vulnerabilidad; el Puntaje de Clasificación Espacial (PCE) (Villerías y Buzai, 2017; Buzai, 2015) se empleó para conocer el progreso de las metas de los ODS; la Regresión Geográficamente Ponderada (GWR) (Nakaya, 2016; Hadayeghi et al.,2010; Fotheringham, et. al., 2002) permitió conocer la variabilidad espacial de la mortalidad materna respecto a las variables del índice de vulnerabilidad y por último el análisis de la Red Neuronal y Autómatas Celulares (Principi, 2022; Mas, 2017) coadyuvaron para conocer los escenarios al 2030 y para que basados en conocimiento científico se pudieran plantear estrategias para reducir la mortalidad materno infantil. Los resultados dan a conocer gravedad del problema y la configuración espacial de la mortalidad materno infantil, así como, la variabilidad espacial de este tipo de mortalidad mostrando que la influencia de ciertos valores en las variables que conforman el índice de vulnerabilidad social en salud no son homogéneas en el territorio, exacerbando las inequidades de por sí ya marcadas. Aunado a ello, la metodología que se construyó en esta investigación, con el uso y aplicación de diferentes herramientas fortaleció el conocimiento y sirvió de apoyo para elaborar estrategias y propuestas para reducir la mortalidad materno infantil. Por lo tanto, los resultados de esta investigación forman un cimiento firme y sólido que sirve para como base para la implementación de políticas públicas o estrategias dentro de los programas de salud para mejorar las condiciones de salud y de vida de la población femenina en edad reproductiva y de los niños menores de cinco años; esto no solo mejorará la calidad de vida de la población en estudio, sino la de la población en general, por lo que reducir la mortalidad materno infantil también creará territorios saludables para que puedan vivir plenamente.