Resumen:
Los métodos tradicionales que miden las condiciones relativas de vida se han construido sobre la base de una serie de indicadores censales que reflejan la disponibilidad o no de un determinado satisfactor, sin importar a veces lo difícil que es acceder, en términos espaciales. Este trabajo incorpora la dimensión de la distribución y capacidad de atención en esa medición y la contrasta contra los métodos aespaciales, proponiendo una metodología que puede complementar la forma en que actualmente de ha determinado el bienestar.