Resumen:
La impresionante prevalencia que la depresión ha tenido en los últimos años y el poco o nulo ejercicio que realiza la población adulta, ha hecho sospechar una posible relación entre estas variables. Se elaboró un estudio cuantitativo no experimental, transversal, tipo descriptivo, correlacional y explicativo, aplicando instrumentos como Escala de Hamilton, Prueba del escalón de Harvard corta y un cuestionario con ítems: Sexo, edad y si realizaban o no ejercicio físico. La muestra fue de 22 estudiantes ambos sexos con el objetivo de Establecer el impacto del ejercicio físico en la depresión. Se determinó que 63.6% de los estudiantes no realizan ejercicio, 90.9% tienen una condición física pobre y un 68.2% presentan sintomatología depresiva.
Descripción:
Se define ejercicio como “la actividad física planificada, estructurada y repetitiva que busca como fin mejorar la condición física de la persona y estar más saludable” (Instituto Universitario Amerike, 2019). En cuanto a la depresión, se refiere a un “conjunto de síntomas de predominio afectivo, y que en mayor o menor grado, también están presentes síntomas de tipo cognitivo, volitivo y somático, por lo que podría hablarse de una afectación global psíquica y física” (Gobierno de Aragón, 2019). “La depresión se caracteriza principalmente por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración” (OMS, 2018b). Las diversas interacciones complejas entre los factores sociales (Estrés), psicológicos (Trauma) y biológicos (Alteraciones en el sistema nervioso), pueden influir para que se desarrolle este trastorno mental. La depresión afecta en el mundo a 121 millones de personas, de los que menos del 25% tienen acceso a tratamientos efectivos y advierte que una de cada cinco personas llegará a desarrollar un cuadro depresivo en su vida, aumentando este número si concurren otros factores como enfermedades médicas o situaciones de estrés. Además, es previsible, que en el año 2020, la depresión pase a convertirse en la segunda causa más común de discapacidad, después de las enfermedades cardiovasculares. En cuanto al sedentarismo, es uno de los principales factores de riesgo de mortalidad a nivel mundial, reportándose que, uno de cada cuatro adultos no tiene un nivel suficiente de ejercicio (OMS, 2018a). La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT, 2012) determinó “una prevalencia del 16.5% sobre síntomas depresivos clínicamente significativos en adultos de 20 años o más”. Mientras que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2017b), “documentó que 32.5 millones de personas se han sentido deprimidas”. Referente al ejercicio los resultados no son muy gratos, “menos de la mitad de la población de 18 años y más (41.7%) realiza deporte o ejercicio físico. El porcentaje de activos físicamente es mayor en hombres (48.4%) que mujeres (35.6%)” (INEGI, 2017a).